Serú Girán – Las partes que componen el todo
Entender por qué Serú Girán fue una de las bandas más admiradas musicalmente en la historia del rock argentino, es entender las partes que componen a los integrantes del grupo; es saber qué historia atravesaron hasta encontrarse tocando juntos en Brasil en el año 1978.

El bajo maravilla.
En 1978, al presentarse al público esta nueva banda, el único que estaba un poco más alejado del entramado de los inicios del rock nacional y no tenía relación directa en algún otro proyecto con otros integrantes del grupo era Pedro Aznar.
Niño prodigio y fanático de The Beatles desde los 7 años; Aznar dio inico a su carrera en Madre Atómica, banda de la cual formó parte desde los 15 años y en la cual estuvo en el breve período previo a la separación – ‘74/ ‘75 -. Al poco tiempo lo invitaron a sumarse a Alas, un conjunto de música progresiva que tuvo un breve recorrido entre el ‘75 y el ‘78 y que fusionaba el rock con el jazz, el folclore y algo de tango.
Para ese entonces el joven maravilla del bajo estaba a un grado o más de separación de cualquier otro integrante de Serú Girán. Se dice que fue en esta época donde conoció la música de Jaco Pastorius, le sacó los trastes a su famoso bajo Faim y lo convirtió en un «fretless» para hacer propios ese estilo y sonido. Sería redundante y absurdo marcar dónde podemos apreciar este sonido en la banda, ya que éste, las líneas melódicas y el estilo de tocar de Pedro, son una característica ineludible a la hora de identificar rasgos de la música de Serú Giran, y todo eso fue desarrollado en esos años de primera juventud de Pedro Aznar.

Rústico y versátil.
Comprender el dinamismo y el árbol genealógico del rock nacional siempre fue algo complejo. Entre 1965 y 1980 los cambios de integrantes entre las bandas, o la fundación de nuevos conjuntos con músicos que venían de otros proyectos eran moneda corriente. Es por eso que no nos extraña, pero sí nos cuesta un poco entender cuántos proyectos y lugares ocuparon Lebón y Moro antes de llegar a Serú.
Si nos centramos en el baterista -y ex chofer de colectivo- Oscar Moro podemos decir que sus inicios se remontan a la llamada fundación del rock nacional, siendo partícipe necesario en Los Gatos. Rosarino y conocido de Lito Nebbia y de Kay Galifi por cursar en el mismo secundario, dio sus primeros pasos junto a Kay, con quien llegó a tocar brevemente en la banda estable de Johnny Tedesco -antes de hacerse famoso-.
A partir de ahí, su música se estabiliza en The Wild Cats, luego conocidos como… Los Gatos Salvajes. Allí grabó los primeros cinco discos de estudio de la agrupación en donde terminó conociendo a Pappo, con quien en el ‘85 grabó Riff VII.
Post Los Gatos, acompaña a Lito Nebbia hasta que se suma a las filas de Color Humano para suplantar al señor David Lebón. Allí graba los LP’s Color Humano II y III y, tras la disolución, se suma a la banda de León Gieco. Así es como llega a ser parte de la grabación de PorSuiGieco, primer experimento musical en el que se cruza, no solo con Charly García, sino también con sus futuros compañeros José Luis Fernández y Gustavo Bazterrica, con quienes formarían en el año ‘76 La máquina de hacer pájaros.
Quizás es de esta última experiencia -y en su paso por Color Humano-, donde vemos y encontramos la versatilidad de Moro: pocos músicos han logrado una carrera tan fructífera paseando por géneros tan diversos sin perder su estilo propio. En Serú logra engranar todas las piezas de su recorrido para darle el lugar que corresponde en cada tema. ¿Qué sería de “La grasa de las capitales” -la canción, no solo el disco-, si Moro no hubiera formado parte del gen de la música progresiva nacional?
El golpe rústico y potente (por momentos casi zeppellineanos) es inconfundible; escuchar el Moro pre-Serú Girán, es, no sólo adentrarse en ese camino que lo llevó a ser el mejor baterista del rock argentino, sino también acercarse al audio que fue característico de una época de nuestra música.

El blusero de pelo largo.
Se dice que entre 1963 y 1966 en Estados Unidos se produjo un estallido cultural/juvenil llamado la Beatlemanía, locura que se sucedió luego de que los Beatles aterrizacen por primera vez en Norteamérica. De esa transformación que dio inicio a una nueva juventud formaron parte miles de personas, uno de ellos fue David Lebón.
Poco después de la muerte de su padre, parte a tierras yanquis para acompañar a su madre, quien entrenaba paracaidistas del ejército de EE. UU. en Miami. A medida que crecía se fue acercando a la música y tuvo sus primeros proyectos juveniles pero sin llegar a nada importante. A fines de los ‘60 vuelve al país y comienza a frecuentar La Manzana, uno de los lugares regenteados por Billy Bond, y donde se podía escuchar rock.
Pappo es el primero que tiene un buen vínculo con El Ruso y lo invita en 1970 a formar parte, como bajista, de la primera formación de Pappo’s Blues junto a Black Amaya. Graba el Vol 1. de la banda y tiempo después sería reemplazado por Carlos Pignata.
Entre el ‘70 y el ‘72 se movió por un sinfín de lugares: grabó en el primer disco de Billy Bond y La Pesada, se fue a España junto a Carlos Bisso, conoció a Ciro Fogliata, se reencontró con Pappo y casi forma parte de la vuelta de Los Gatos. Vuelve a la Argentina y se suma como baterista en Color Humano, con quienes graba el primer LP.
Deja esta última banda y es llamado por Luis Alberto Spinetta para formar Pescado Rabioso. Bajista, y ocasionalmente guitarrista, Lebón graba Desatormentándonos (1972) y Pescado 2 (1973). La disolución llega luego de las diferencias sobre el rumbo musical que debía tomar el grupo.
En paralelo, David graba en el disco de Gabriela Molinari, toca una canción en el cuarto disco de Pappo’s Blues, graba “Pinchesky rock” en el Vol. 4 de La Pesada de Billy Bond y forma parte como solista del Acusticazo. Ese show fue la antesala de lo que sería su primer disco solista llamado David Lebón, del año 1973.
Entre el ‘73 y el ‘78: fue el guitarrista invitado de Sui Generis, tocó los teclados en la banda Espíritu, participó del segundo disco solista de Claudio Gabis, forma la rareza sonora (e inconseguible) que fue Lila junto a Carola y Carlos Cutaia, graba en el Ensamble Musical que toca La Biblia de Vox Dei y forma Polifemo junto a, Juan Rodríguez y Rinaldo Rafanelli.
Con Polifemo se asienta entre el ‘75 y el ‘77, graban dos Lp’s bastante criticados en ese entonces: Polifemo y Volumen 2, este último sale a la venta con la banda ya separada. En el breve lapso entre el ‘77 y su ingreso a Serú, Lebón forma Seleste sin llegar a grabar nada oficialmente, pero sí terminarían siendo los músicos que lo acompañarían en su segundo disco solista Nayla, de 1980. Luego de ese breve lapso de Seleste, David recibe una invitación para viajar a Brasil y formar parte del nuevo proyecto: Serú Girán.
Es difícil explicar o evidenciar en todos los lugares que estuvo David Lebón hasta llegar a Serú. También me parece que fue quien supo imponer su estilo en cada nota que tocó de cada agrupación que formó antes de llegar a Brasil. En Serú vemos al mejor Lebón, a ese que podía hacer sonar la guitarra como quisiera, integrando solos y acordes a un dinamismo musical virtuoso que solo ellos 4 pudieron lograr.
¿Cuánto influyó su historia en Serú? No lo sé, pero estamos seguros que lo que él hizo influyó, y mucho, en las bandas donde tocó previamente. Ni Polifemo, ni Pescado, ni Pappo’s Blues hubieran sonado así sin su presencia.

El ser esencial.
Carlos Alberto García Moreno nació prodigio, creció prodigio y con ese estandarte en sus espaldas (y un oído absoluto a cuestas) creció rodeado de música en una familia donde predominaba la escucha de piezas clásicas como Chopin, Mozart y Beethoven.
Al igual que a sus compañeros de Serú, la vida le cambia completamente en 1963 cuando escucha por primera vez a los Beatles. Con este nuevo universo en su cabeza, abandona la música clásica, comienza a acercarse al rock y así crece escuchando artistas extranjeros. Sus primeros pasos en una agrupación los da en To Walk to Spanish junto a Pipi Correa y Juan Bellia, quienes integrarían el primer Sui Generis.
Sui llega a grabar su primer disco Vida en 1972, luego de varios cambios de formación y con un García que tenía apenas 21 años. Un disco -y un dúo- que a veces pareciera no tener la valoración que merece en la historia. Al año siguiente lanzan Confesiones de Invierno y en 1974 Pequeñas anécdotas sobre las instituciones.
Antes de su separación se presentan en el Luna Park el 5 y 6 de septiembre de 1975 con el show “Adios Sui Generis”, que quedaría registrado en dos Lps -luego tres cds- que llevan el mismo nombre que el espectáculo.
Mientras estos años de crecimiento absoluto -‘72 al ‘75- pasaban, Charly se dedicó a hacer otras apariciones. En el ‘72 graba en el primer disco de Porchetto, Cristo Rock, toca en el primer Lp de Claudio Gabis del año ‘74 y produce la primera grabación de Crucis.
Pero lo más conocido de esa época es: PorSuiGieco cuyo disco fue grabado poco antes de la separación de Sui, junto a Porchetto, Gieco y Maria Rosa Yorio. Del Lp formaron parte un sinfín de invitados entre los que se encontraban: un joven Leo Sujatovich de apenas 16 años, Alfredo Toth, Juan Rodríguez, José Luis Fernández, Gustavo Bazterrica y Oscar Moro; junto a estos últimos 3 formaría en el ‘76 La Máquina de Hacer Pájaros.
Emblema del progresivo nacional e ícono del cambio de mentalidad musical de Charly, La Máquina se forma después de que García descubriera las versatilidades sonoras que le prestaba el “moog” -un sintetizador analógico que se trajo de EE.UU.-. Con el cuarteto anteriormente nombrado, más la participación de Carlos Cutaia la banda graba 2 discos: La máquina de hacer pájaros y Películas.
Si bien no lograron el éxito y la masividad conseguida con Sui Generis, La Máquina es de esas bandas que fueron creciendo con el tiempo, incluso después de su separación en el año ‘77.
Al igual que en su etapa anterior, Charly participó de otros trabajos entre el ‘75 y el ‘78. En el ‘76 toca en el disco Humanos de Pastoral y en el ‘77 se vuelve mucho más solicitado. Participa en Tercer Milenio de Orions Beethoven, toca el piano en Homenaje de Gustavo Montesano y graba en el LP Fantasma de Canterville de León Gieco.
Del ‘78 en adelante la historia es conocida: viaje a Brasil con Billy Bond y formación de Serú. García es el emblema fundador de Serú Girán; sin él, probablemente no se hubieran juntado ni Aznar, ni Moro, ni Lebón. En todo Serú está García, la mística de la banda, el ensamble, las canciones y los arreglos; son de los cuatro, pero el ser esencial de esta historia es Charly García.
Epílogo.
La historia de formaciones post Serú de cada integrante es muy larga, pero vale la pena acotar algunos sucesos importantes.
El primero es el disco que graba Serú Giran sin ser todavía Serú. Estamos hablando de Billy bond and The Jets (1978), este discazo grabado en Brasil durante la estadía junto a Billy Bond y previo al lanzamiento del primer Lp de la banda.
Otro hito que une a exSerús son los discos: Tango, Radio Pinti -Tango 2- y Tango 4, tres álbumes que graban Aznar y García.
Tango (1986) es un maxi-simple de tan solo 6 temas grabados enteramente por ellos dos sin la participación de músicos extras.
Radio Pinti -originalmente llamado Tango 2– fue una grabación de Aznar y García junto al actor y cómico Enrique Pinti. Este también fue un maxi-simple de 5 temas en el cual participaron unos jóvenes Illya Kuryaki, lanzado en 1991.
Poco tiempo después sale publicado Tango 4, la última grabación y primer LP del dúo que contaría con varios invitados, entre ellos Gustavo Cerati, con quien se rumoreó que grabarían otro maxi llamado Tango 3, antes de este lanzamiento, pero la incompatibilidad de tiempos entre los artistas lo hizo imposible.
Llegamos al ‘92 y llega el reencuentro de Serú Girán en medio del caótico presente de Charly García. En ese momento la banda graba Serú ‘92 y hace sus dos emblemáticos shows en River.
Si bien durante los ‘80 y los ‘90 los músicos de Serú se acompañaron en diferentes proyectos solistas como invitados unos de los otros, hubo que esperar hasta el año 2007 para que dos de ellos se juntaran formalmente.
Aznar-Lebón fue un disco -y una gira- que hicieron los músicos rememorando canciones de sus etapas solistas, de Serú, y de composiciones nuevas para la ocasión. Los cds se grabaron en varios conciertos acústicos que dieron durante ese año en el ND Teatro de Capital Federal.
Esta fue la última vez, hasta el día de hoy, que dos ex-Serú se juntaron para grabar un disco. Queda para otro momento repasar qué hicieron David, Charly, Aznar y Moro -hasta su fallecimiento-, durante los últimos 40 años en la música.
Sería cuestión de sentarse a escribir cuánto de Serú vemos en todo lo que pasó en estas 4 décadas, cuánto hay de la banda en sus discos solistas, en sus trabajos de producción, en sus viajes a otros países y en sus pasos como colaboradores e invitados.
Serú Girán fue el ensamble perfecto del sonido del rock nacional que nació a fines de los ‘60. Esos 10 años que anteceden a la banda son lo que hizo que Serú siga siendo uno de los emblemas de la música nacional y que hoy, a más de 45 años de su fundación, sigamos hablando de ellos como si fuera una banda en actividad.