30 años de «Hello! MTV Unplugged» de Charly García

El 4 de mayo de 1995 Charly García grabó su MTV Unplugged, show que cumple 30 años y que quedó inmortalizado en el álbum titulado “Hello!”. Curiosidades y recuerdos de lo que fueron esos días entre Buenos Aires y Miami, últimos resabios antes de que comenzara la etapa Say No More.

“¡Se lo dedico a todos los que me internaron!”, gritó Charly en la celebración post show de lo que fue su MTV Unplugged, grabado aquel 4 de mayo de 1995 en los estudios MTV de Miami. Y motivos sobraban: interminables idas y vueltas, un Charly en su pico caótico, la estabilidad de su banda pendía de un hilo, pero así y todo el concierto fue perfecto y era el primer show de un artista latinoamericano de habla hispana (si bien Los Fabulosos Cadillacs y los mexicanos Caifanes formaron parte del ciclo en 1994, sus presentaciones fueron en formato eléctrico).

A mediados de la década del ’90 MTV aterrizó en Latinoamérica y sus Unplugged ya eran un clásico para los amantes de la música. Nirvana había marcado un hito antes del suicidio de Kurt Cobain, y R.E.M, Pearl Jam o Eric Clapton también ofrecieron performances memorables. En este marco, el productor argentino Alejandro Pels quería aprovechar el momento y pensó que, si Charly García revisitaba su repertorio de manera acústica en el marco del ciclo, iba a ser un comienzo memorable.

“Es muy difícil que Charly haga algo que le proponen”, contó alguna vez el bajista y tecladista Fabián Von Quintiero, en ese momento parte de Los Enfermeros, banda estable de García. “Por ese entonces MTV era como nuestra agencia de viajes, si queríamos ir a Estados Unidos nos pagaban todo a cambio de presentar algún video y dar notas. Pels era amigo nuestro y en esa ocasión le pregunté si había algo para hacer, ya que queríamos viajar”. Ahí, el productor oficializó la propuesta y el Zorrito fue el encargado de comunicarlo.

“Tampoco es boludo”, agregó. “Si ve que hay una punta que puede servir para mover mercados, para montar una producción linda, la cosa le empieza a gustar”. Charly, primero reacio, vio algunos videos del formato acústico en inglés y su reacción fue fiel a su estilo: “Esto es Sui Generis, ya lo hice, ¿para qué lo voy a hacer de nuevo?”. Finalmente, tras algunas negociaciones artísticas, aceptó la propuesta.

La salud de Los Enfermeros

A pesar de algunos cambios de formación, Los Enfermeros fue la banda que más tiempo estuvo al lado de Charly en su etapa solista. El zorrito en teclados, Fernando Lupano en bajo, María Gabriel Epumer en guitarra y Fernando Samalea en batería, acompañaban al cantante en sus andanzas de esos tiempos. Luego de ser internado a fines del año anterior en una clínica psiquiátrica por pedido de su madre, embarcó a sus secuaces en una gira veraniega por la Costa Atlántica que quedó registrada en el álbum Estaba en Llamas Cuando me Acosté.

Ante la gran nueva propuesta comenzaron los ensayos. Sin embargo, luego de tantos años, tantos vaivenes del líder y una última gira desgastante, la buena relación de la banda pendía de un hilo.

“En el Unplugged hubo riesgo quirúrgico”, sentenció el Zorrito. Y Samalea, en su libro autobiográfico titulado Qué es un Long Play, profundizó acerca de cómo se vivieron esos ensayos, confesando que Charly obligó al grupo a ensayar en el living de su famoso departamento en la esquina de Coronel Díaz y Santa Fe: “Hubo que subir instrumentos y sistema de sonido por el pequeño ascensor art nouveau de rejas abiertas”.

“No funcionaba mucho, en el medio Fernando Lupano, bajista, se cansa y deja la banda, Charly estaba bravo”, agregaba el Zorrito. Ahí llegó la incorporación de los hermanos ÉriCa y Ulises Di Salvo, violinista y cellista respectivamente, quienes venían de un palo completamente ajeno al rock. “Este formato terminó de convencer y encausar a Charly”, remarcó.

Así, entre horarios fuera de lo común, renuncias, ensayos maratónicos y pocas comodidades, el grupo preparó todo para llegar a Miami de la mejor manera posible.

Miameeeeeeee

Charly llegó a Miami teñido de rubio honrando a Kurt Cobain, o al menos eso decían por esos tiempos. “Me auto teñí. Agarré un poco de ese menjunje, me lo enchanté en el pelo y me vine a casa con eso en la cabeza. Me quedó bastante original, pero no se pudo asentar bien”, contó Charly en una entrevista años después. “Me acuerdo de que estaba mirando un video de Nirvana y vino Nito Mestre. Supongo que creyó que yo me quería suicidar también y me vació prolijamente una botella de cerveza en la cabeza. Eso le dio un poco más de tono al pelo”, terminó de explicar, muy a su manera.

En tierras de Ricky Fort (?), Charly parecía tener pocas ganas de quedarse en el hotel: su estadía en tiempo casi completo iba a ser la limusina. Incluso, tuvieron que contratar tres choferes distintos para cubrir las 24 horas al comando del auto. “Allí se sentía como pez en el agua, provisto de equipo de música, minibar, cuadernos y un teclado amplificado. Circulaba interminablemente las calles soleadas de South Beach, sin rumbo determinado más que el constante andar”, recordó el baterista.

Pero, además, casi que obligaba a sus músicos a pasear con él arriba del auto, quienes escapaban o se escondían para no tener que subirse, sabiendo que sería imposible luego bajarse. Miami, Limusina, pelo teñido de rubio, Charly. Todo muy noventas.

Entre caos y excesos, la noche anterior a la grabación Charly finalmente fue a descansar a su habitación y amaneció en perfecto estado para trasladarse a los estudios Post Edge de MTV.

Hello!

“Charly quería decidir todo”, recordó una vez Paula Golbin, productora en la prueba de sonido y la grabación. “Quería tomarse breaks en la grabación y le dijimos reiteradas veces que no era posible, porque había 400 personas ahí sentadas, porque se grababa como si fuera un programa en vivo y porque esos breaks cortaban la atmósfera del Unplugged”. De todas formas, en el medio del concierto, el cantante pidió ir al baño y tardó media hora en volver.

El concierto comenzó con “Yendo de la cama al Living” y, entre arreglos acústicos, piano de cola, cuerdas perfectas y un teléfono de juguete más una muñeca barbie que regalaban sonidos en medio de las canciones, se logró la comunión justo entre calidad musical, excentricidad y actitud Say No More antes (no tanto) del Say No More.

“Rezo por vos” y “Ojos de videotape” fueron picos interpretativos, en un set que también tuvo un medley de Serú Girán, una versión de “Pasajera en trance” (tema de Tango de Charly y Pedro Aznar, aquel álbum de 1986) y el tema “Fifteen forever”, compuesto por el músico para la banda sonora de la película Funes, un gran amor (1993).

Un par de meses después, Joe Blaney, productor de Clics modernos (1983), mezcló en tiempo récord el concierto y llegó Hello!, álbum que demuestra lo inspirado que estuvo Charly, regalando versiones perfectas y teniendo ventas significativas. Perfectos arreglos de los hermanos Di Salvo, solos épicos de piano y una María Gabriela Epumer maravillosa, se mezclan con perlitas y comentarios de García entre las canciones.

Una vez terminado el show, concretados algunos festejos, Charly la quiso seguir en la limusina. “Estábamos cansados, nadie quería ir”, rememoró Von Quintiero, y explicó: “Miami es un lugar cálido, ideal para caminar, tomar algo afuera, no para estar adentro de una limusina, es aburrido, hay clima lindo. Pero él estaba empecinado”. Mientras el líder hacía guarda en el lobby del hotel para cazar a los músicos sin que ninguno se escapara, el Zorrito y Samalea se escaparon por una salida del costado y se fueron a comer una hamburguesa. “Después de eso nos echó”, sentenció el bajista y se lamenta: “Podríamos haber salido a tocar el Unplugged por todo el continente”.

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